sábado, 11 de mayo de 2019
jueves, 9 de mayo de 2019
El Dios de Juan de la Cruz.

«Comunícase Dios en esta interior unión al alma con tantas veras de amor, que no hay afición de madre que con tanta ternura acaricie a su hijo, ni amor de hermano ni amistad de amigo que se le compare. Porque aún llega a tanto la ternura y verdad de amor con que el inmenso Padre regala y engrandece a esta humilde y amorosa alma –¡oh cosa maravillosa y digna de todo pavor y admiración!–, que se sujeta a ella verdaderamente para la engrandecer, como si Él fuese su siervo y ella fuese su señor; y está tan solícito en la regalar, como si Él fuese su esclavo y ella fuese su Dios. ¡Tan profunda es la humildad y dulzura de Dios!» (Cántico Espiritual 27, 1).
martes, 7 de mayo de 2019
Pascua y Bautismo

"San Pablo presenta el bautismo de los cristianos como una participación en la muerte y resurrección de Cristo (cf. Rom 6,3-5). También dice que él murió por su Iglesia, para ofrecerle un baño de purificación que la capacite para convertirse en su esposa (cf. Ef 5,25-27).
En el judaísmo estaba prescrito un baño purificador previo al matrimonio. Esta práctica era también común en el helenismo. Los primeros cristianos hicieron abundante uso de esta costumbre para presentar el bautismo como una participación esponsal en la Pascua de Cristo.
Para ello unieron los textos que hemos citado de san Pablo con otros de san Juan, especialmente cuando dice que del costado de Cristo crucificado «manó sangre y agua» (Jn 19,34) y que «este es el que vino con sangre y con agua, Jesucristo» (1Jn 5,6).
En el agua que brota del costado de Cristo, los Padres de la Iglesia vieron el baño bautismal, purificación de la esposa para el matrimonio, y en la sangre vieron la participación en la eucaristía, banquete de bodas del Cordero y la Iglesia.
Es significativo que el libro del Apocalipsis afirme que los redimidos son «los que vienen de la gran tribulación y lavaron sus mantos en la sangre del Cordero» (Ap 7,14).
De hecho, los Padres unieron de tal manera la pasión de Cristo y la de los cristianos, que a la pasión de Cristo o de un discípulo suyo la llamaron «martyrion», y al relato que recoge el testimonio de un martirio lo llamaron «passio».
Además, unieron tan fuertemente el bautismo y la pasión de Cristo, que el martirio de los cristianos también era considerado bautismo, como podemos ver en este texto de Orígenes: «Si Dios me concediera ser lavado en mi sangre para recibir el segundo bautismo, habiendo aceptado la muerte por Cristo, me alejaría seguro de este mundo».
Durante las persecuciones, se relacionó el bautismo con la pasión de Cristo porque también se identificó su Pascua con su padecimiento. Esto cambió a partir del edicto de tolerancia religiosa, en que se subrayó la relación con la resurrección, tanto del bautismo como de la Pascua.
El bautismo siempre se hizo derivar de la Pascua de Cristo (tanto cuando era interpretada como «padecimiento» como cuando fue interpretada como «paso» de la muerte a la vida). Desde principios del siglo III se unieron de manera tan íntima que en muchos casos esta llegó a ser la única fecha en que se administraba". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
lunes, 6 de mayo de 2019
Pascua y Eucaristía |
"En la Pascua judía, la cena de Pesaj se vivía (y se vive hasta el presente) como un memorial que actualiza las actuaciones de Dios, y como una invitación a la esperanza. El recuerdo de las obras salvadoras que Dios ha realizado a favor de Israel debe llevar a los israelitas a seguir esperando en él y en la venida final de su mesías.
Estos elementos (memoria de las obras pasadas de Dios y esperanza de su futura salvación) alcanzan una nueva dimensión en la eucaristía, que es verdadera actualización sacramental del misterio pascual de Cristo: su entrega a la muerte por nosotros y su resurrección gloriosa.
«La eucaristía es fuente y cima de toda la vida cristiana» (LG 11), porque en los demás sacramentos se nos ofrece la gracia de Cristo, pero en este es Cristo mismo el que se nos entrega.
El Señor dijo a los discípulos: «a vosotros no os llamo siervos, sino amigos» (Jn 15,15). En la eucaristía nos dejó la máxima expresión de su amistad. San Pablo explica la celebración de la cena como verdadera «comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo» (1Cor 10,16), como participación de su misma vida.
La eucaristía, además de acción de gracias, es memoria. Son las dos caras de una sola moneda. A una persona que nos ha hecho un gran beneficio le estamos agradecidos. La eucaristía es recuerdo agradecido del que nos salvó la vida. Recordamos y celebramos con agradecimiento la muerte y resurrección del Señor, el sacrificio por el cual se nos perdonan los pecados.
Después de la consagración, el sacerdote añade: «Este es el sacramento de nuestra fe». Y el pueblo responde: «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección; ¡ven, Señor Jesús!». Así, el presente de nuestra celebración eucarística queda prendido entre el recuerdo de la primera venida de Cristo y la esperanza de la última. Se hace presente el que vino y el que vendrá. El pasado (la historia de Jesús) y el futuro (su parusía) se actualizan sacramentalmente.
En la última cena, Jesús consagró el pan y el vino. En la cena pascual se utilizaban otros alimentos (verduras amargas, cordero, dulces...). De ellos Jesús solo tomó el pan y el vino para darles un sentido nuevo, muy concreto. Estos son los dones que la Iglesia presenta sobre el altar, en fidelidad a su Señor, que nos mandó: «Haced esto en conmemoración mía». En el pan y vino consagrados, se hace presente Jesús resucitado para ser nuestro alimento y compañero de camino". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
domingo, 5 de mayo de 2019
La pesca milagrosa.
"El evangelio del tercer domingo de Pascua recoge la manifestación de Jesús resucitado a sus discípulos junto al lago de Genesaret (Jn 21,1-14).
El Señor se hace presente a los discípulos que están desorientados pero, a pesar de todo, conservan cierta unidad entre ellos. El desánimo sugirió a cada uno volver a sus quehaceres, buscando una seguridad personal y abandonando la empresa común, pero mantuvieron las relaciones. Se ayudan en lo material, colaborando en los trabajos de la pesca, aunque con poco éxito.
El Señor se hace presente a los discípulos que están desorientados pero, a pesar de todo, conservan cierta unidad entre ellos. El desánimo sugirió a cada uno volver a sus quehaceres, buscando una seguridad personal y abandonando la empresa común, pero mantuvieron las relaciones. Se ayudan en lo material, colaborando en los trabajos de la pesca, aunque con poco éxito.
En esta escena encontramos los amigos de la primera hora, con los que Jesús inició su aventura (Pedro, Tomás, Natanael, los hijos del Zebedeo y otros dos). El primero de la lista es Pedro. Dato importante para la comunidad, que tiene que madurar la disponibilidad a la colaboración en torno a Pedro para vencer las dificultades del momento.
Aunque la noche sea larga, aunque el trabajo parezca pesado y sin fruto, aun cuando el tiempo triste le sugiera a cada uno irse a su casa, sigue siendo necesaria la colaboración de todos. En esta perseverancia común, en la fatiga aceptada conjuntamente, la presencia del Señor, que parecía perdida, vuelve a manifestarse. El Señor se hace presente por la mañana, aunque bien podía haber estado toda la noche entre ellos, sin que se dieran cuenta.
El texto recuerda a la Iglesia que el Señor siempre está cerca, como compañero y amigo generoso. Hay que obedecer siempre a su palabra, abriendo los ojos del corazón para descubrirle. Jesús se manifiesta con tres signos complementarios:
En primer lugar, premia con su presencia la constancia de quienes han perseverado unidos, en grupo, a pesar de las dificultades.
En segundo lugar, premia con una pesca abundante el esfuerzo de quienes siguen sus indicaciones, aunque no las terminen de comprender; en contraste con su largo e infructuoso trabajo nocturno.
En tercer lugar, se manifiesta a los suyos con su acostumbrada benignidad y amistad, como quien siempre sale al encuentro, reparando nuestras fuerzas, sirviéndonos, ofreciéndonos el alimento que necesitan nuestros cuerpos cansados". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
Señor, tú conoces todo, tú sabes que te amo.

"Las personas suelen ser injustas con Pedro. Cuando pregunto qué saben de él, además de que fue un pescador y apóstol de Cristo, casi siempre dicen: "El que lo negó tres veces". Pobre Pedro. Nadie dice que también caminó sobre las aguas (Mateo 14,22-33), que Jesús lo nombró cimiento y líder visible de su iglesia (Mateo 16,13-19), que tenía dones de sanación y que su sombra sanaba enfermos con el poder de Dios (Hechos 5,15). Muchos desconocen este trozo del Evangelio de la misa dominical. Cristo ya había resucitado, y quiso que Pedro, le reafirmara tres veces su amor, por cada herida que le causó la triple negación, que sintiera que no quedaban deudas por saldar y que su promesa de que fuera el líder del rebaño permanecía inalterable: "Esta fue la tercera vez que Jesús se manifestó a sus discípulos después de resucitar de entre los muertos. Cuando terminaron de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿Me amas más que éstos?» Contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos.» Le preguntó por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿Me amas?» Pedro volvió a contestar: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Cuida mis ovejas.» Insistió Jesús por tercera vez: «Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.» Entonces Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.» Evangelio según San Juan 21, 14-17 Hoy es un buen día para manifestarle a Dios lo importante que es para tí, él también necesita que le digas: ¡Señor tú sabes que te quiero!. También es un buen día para manifestarle a tus seres queridos tu afecto. Un mensaje, un detalle, una llamada, un abrazo, una canción, un beso, un te quiero". P. Chulalo.
viernes, 3 de mayo de 2019
La cruz de mayo (2)
""El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que somos salvados es poder de Dios". Corintios 1,18
""El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que somos salvados es poder de Dios". Corintios 1,18
En Venezuela celebramos la fiesta de la exaltación de la Cruz en Mayo, mes de las flores. Mira la Cruz de Mayo. Es una Cruz Gloriosa, que nos recuerda que Cristo venció a la muerte, resucitó. Él ya no está ahí. Donde estaba la muerte ahora reina la vida, nacen las flores, vuelve la esperanza. La sangre de Cristo fecundó el madero y lo hizo florecer. La Cruz florida es un símbolo que nos recuerda, que se acaba la noche y que viene un nuevo día donde triunfa la vida, que estamos a un paso de reconstruir lo destruido, que nunca hemos estado tan cerca de la victoria, que poco a poco le vamos quitando espacio a las tinieblas para que brille la luz, porque ya empezó a amanecer, ya está alboreando la mañana, ningún esfuerzo se ha perdido, ninguna lucha, fue en vano. Ya viene el tiempo de las canciones, ya viene el tiempo de los abrazos, ya viene el tiempo de las lágrimas de gozo, ya viene el tiempo de la justicia y de la paz". P. Chulalo.
La cruz de mayo.
"Hoy la Iglesia católica celebra el día de
la Santa Cruz -fiesta de la Cruz de Mayo, o de las cruces- como memoria de
aquel madero donde murió Jesús, y que desde siempre ha sido considerado el
signo más significativo del cristiano. No en vano el mismo San Mateo en su
evangelio hizo referencia a ella: "Entonces aparecerá la señal del Hijo
del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y
verán al Hijo del Hombre viviendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran
gloria".
El origen de esta celebración, que en la
actualidad es una fiesta popular con diferentes manifestaciones en varios
países del mundo, data del siglo IV en tiempo de Constantino I el Grande, de
quien se dice, antes de enfrentarse a los bárbaros a orillas del Danubio, tuvo
una visión en el cielo de una cruz que encima decía "Con esta señal
vencerás". La historia, que para algunos tiene un matiz legendario, dice
que Constantino de inmediato mandó construir una cruz que fue puesta frente a
su ejército, y que venció sin problema al ejército enemigo.
Más adelante, continua la historia, fue el
mismo Constantino quien encomendó la misión a su madre, hoy Santa Elena, de
buscar la verdadera cruz donde murió Cristo. En efecto así hizo la mujer, quien
se dirigió a Jerusalén y con la ayuda de unos sabios sacerdotes encontró en el
Monte Calvario 3 maderos ensangrentados.
Narra la tradición que para determinar cuál era
la cruz en la que había muerto Jesús, pidieron a personas enfermas que tocaran
una por una las 3 cruces, notando que una en particular sanaba a los enfermos.
Desde ese entonces -con el hallazgo de la cruz
de Cristo, y con el deseo de Elena de conmemorar la fecha en la que fue
encontrado este madero- se celebra en el mundo la Fiesta de la Santa Cruz.
La Fiesta de las Cruces en el mundo.
Esta conmemoración tiene manifestaciones
diversas en varios países del mundo. En España, por ejemplo, en la Fiesta de
las Cruces, como se conoce en el país europeo, se elaboran cruces con flores,
las cuales sacan en procesiones por las calles, y son, en ocasiones,
acompañadas por pasos que cargan niños. En ciudades como Granada, las calles,
plazas, patios y colegios son adornados con cruces de flores, en su mayoría con
claveles rojos y blancos.
En Colombia también se acostumbra a elaborar
cruces de mediano tamaño con hojas secas o flores, y en departamentos como
Risaralda, Quindío y Antioquia existe la tradición de conmemorar el "Día
de los Mil Jesuses", que consiste en repetir mil veces el nombre de Jesús,
esto con la creencia que Dios los protegerá durante todo el año.
Por su parte, en Venezuela realizan lo que se
conoce como los "Velorios de la Cruz de Mayo", una festividad que
combina las tradiciones españolas con elementos indígenas y afro descendientes.
Para la ocasión las personas adornan cruces con cintas y papeles de colores,
para expresar, de forma alegórica, el deseo de quitarle a Jesús el dolor de su
crucifixión.
En Perú, esta fiesta se vive de manera
particular en la región de Tacna, ubicada al sur del país suramericano, donde
diferentes hermandades, antes del 3 de mayo, elaboran cruces que son situadas
en lo alto de los cerros de la zona, las cuales, una semana antes de la
festividad, son bajadas y reunidas en la Catedral de Tacna para ser veneradas
durante el mes de mayo por los fieles de la región".
jueves, 2 de mayo de 2019
¿Por qué mayo es el Mes de María?

"... La costumbre nació en la antigua Grecia. El mes mayo era dedicado a Artemisa, la diosa de la fecundidad. Algo similar sucedía en la antigua Roma pues mayo era dedicado a Flora, la diosa de la vegetación. En aquella época celebraban los ludi florals o los juegos florales a finales de abril y pedían su intercesión.
En la época medieval abundaron costumbres similares, todo centrado en la llegada del buen tiempo y el alejamiento del invierno. El 1 de mayo era considerado como el apogeo de la primavera.
Durante este período, antes del siglo XII, entró en vigor la tradición de Tricesimum o "La devoción de treinta días a María". Estas celebraciones se llevaban a cabo del 15 de agosto al 14 de septiembre y todavía puede observarse en algunas áreas.
La idea de un mes dedicado específicamente a María se remonta al tiempo barroco o siglo XVII. Si bien, no siempre se llevó a cabo en mayo, el mes de María incluía treinta ejercicios espirituales diarios en honor a la Madre de Dios.
Fue en esta época que el mes de mayo y de María se combinaron, haciendo que esta celebración cuente con devociones especiales organizadas cada día durante todo el mes. Esta costumbre se extendió sobre todo durante el siglo XIX y se practica hasta hoy...". ACI Prensa.
miércoles, 1 de mayo de 2019
SAN JOSÉ, OBRERO.


El 1° de mayo, fiesta del trabajo, conmemoramos a san José, el esposo de la Virgen María, el artesano de Nazaret, bajo cuya tutela vivió y se inició en el trabajo y en el mundo social Jesús, llamado por sus conciudadanos "el hijo del carpintero". La fiesta la estableció Pío XII en 1955 y quiere ser una catequesis sobre el significado del trabajo humano a la luz de la fe. San José, hombre sencillo de pueblo, nos da el ejemplo de una vida honesta y laboriosa, ganándose el pan con el sudor de su frente, para él y para los a él confiados, por los servicios prestados a su prójimo. José ennobleció el trabajo, que ejerció sostenido y alentado por la convivencia con Jesús y María.
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