Visión de conjunto de las lecturas de los domingos de Cuaresma.
"... Las primeras lecturas de los domingos de Cuaresma presentan las principales etapas de la historia de la salvación, mostrando la realización progresiva del eterno proyecto de Dios, que se dirige hacia Cristo y culmina en él.
Este año, que estamos en el ciclo «a», se leen las siguientes:
Domingo 1: Creación y caída de los primeros padres: el orgullo nos expulsa del Paraíso.
Domingo 2: Vocación de Abrahán: Dios quiere realizar una historia de salvación con nosotros.
Domingo 3: Liberación de la esclavitud de Egipto y camino de Israel por el desierto.
Domingo 4: Unción del rey David.
Domingo 5: Promesa de la nueva alianza.
Domingo 6: Canto del Siervo de Yavé, que nos salva con su humildad y sufrimiento.
Las segundas lecturas de los domingos de Cuaresma están tomadas de las cartas de san Pablo, y sirven para iluminar los temas del día con reflexiones del apóstol. La obra de Cristo en él es tan luminosa, que se convierte en «modelo de todos los que habían de creer» (1Tim 1,15-16).
Los evangelios de los domingos de Cuaresma del ciclo «a» recogen las catequesis que la Iglesia de los primeros siglos utilizaba en la preparación de los catecúmenos que se preparaban para recibir el bautismo en la noche de Pascua. De hecho, cuando hay catecúmenos se deben leer siempre, independientemente del ciclo que toque ese año. Incluso se proponen en el leccionario ferial como optativos para el día que se consideren más útiles. Son los siguientes:
Domingo 1: Las tentaciones del Señor en el desierto (en la versión de Mateo).
Domingo 2: La transfiguración (en la versión de Mateo).
Domingo 3: La samaritana (Jesús es el agua viva que sacia nuestra sed de felicidad, texto tomado del evangelio de Juan).
Domingo 4: El ciego de nacimiento (Jesús es la luz del mundo que nos enseña el camino para alcanzar una vida feliz, texto tomado del evangelio de Juan).
Domingo 5: La resurrección de Lázaro (Jesús es la Vida en plenitud, texto tomado del evangelio de Juan).
Domingo 6: Domingo de Ramos (entrada de Jesús en Jerusalén y pasión del Señor, en la versión de Mateo).
De alguna manera la escena de las tentaciones (domingo primero) nos recuerda que nuestra realidad humana está sometida a dificultades, contradicciones y sufrimientos, mientras que la escena de la transfiguración (domingo segundo) nos recuerda que la última palabra en nuestras vidas no la pueden tener esas limitaciones, porque estamos destinados a transfigurarnos con Cristo, a revestirnos de su luz y a llenarnos de la vida de Dios.
En las tentaciones, la oposición del diablo a Jesús anuncia el enfrentamiento final en su pasión. Pero la luz que emana del cuerpo transfigurado de Cristo anticipa la gloria de la resurrección.
Las tentaciones nos hablan de nuestra realidad histórica, de nuestra experiencia cotidiana, y la transfiguración nos indica la meta de nuestro caminar. Si perseveramos con Cristo y superamos con él las tentaciones, también nosotros seremos glorificados y viviremos la vida de Dios para siempre.
De esta manera, podríamos decir que los dos primeros domingos de Cuaresma anuncian en inicio y el final de este tiempo litúrgico y de nuestra vida cristiana: las tentaciones y la lucha por ser fieles caracterizan nuestro caminar, pero el triunfo que se manifiesta en la transfiguración anuncia nuestra futura victoria.
Deseo a todos un feliz y bendecido camino cuaresmal hacia la Pascua, en compañía de Jesús y de María". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
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