miércoles, 1 de abril de 2020

Cronología de la Semana Santa de Jesús.


Pascua para los mormones

"Aunque pueda sorprendernos, ya que estamos acostumbrados a la presentación que la liturgia hace de los últimos días de la vida terrena de Jesús, no es fácil establecer las fechas exactas de los últimos acontecimientos de su existencia, ni la sucesión exacta de los mismos; ni tampoco está claro si la última Cena fue una verdadera cena pascual o solo una cena de despedida. Lo único seguro es que todo sucedió en el contexto de una Pascua judía. 

Recordemos que los judíos siguen en sus fiestas un calendario lunar, por lo que sus días y meses no siempre coinciden con los nuestros, que seguimos un calendario solar. Además, no era sencillo establecer el día exacto de la luna llena o de la luna nueva, por lo que muchas veces los estudiosos no se ponían de acuerdo sobre si una fiesta se debía celebrar un día concreto o el siguiente. Para terminar de complicar las cosas, había distintas maneras de computar los días y las fiestas.

Los cuatro evangelistas coinciden en afirmar que Jesús murió el viernes, permaneció sepultado el sábado y resucitó «el primer día de la semana» (es decir, el domingo). Sobre las otras fechas son más imprecisos, pero se pueden calcular a partir de ahí. 

La principal dificultad está en que los evangelistas sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) afirman que Jesús murió el día de la Pascua (que, por lo tanto, ese año habría caído en viernes), mientras que Juan afirma que fue crucificado la víspera de Pascua (que ese año habría caído en sábado). Esta dificultad no debe extrañarnos demasiado. Basta con que intentemos recordar en qué día de la semana cayó la Navidad el año pasado para darnos cuenta que no es sencillo acertar (imaginémonos la de hace 30 o 40 años).

La fecha de la última Cena. Como ya hemos dicho, los cuatro evangelistas dan a entender que la cena de despedida tuvo lugar el jueves antes de la fiesta de Pascua. La diferencia está en establecer en qué día de la semana cayó la Pascua ese año.

Por un lado, los sinópticos dicen que ese año cayó en viernes, por lo que la cena del jueves fue una verdadera cena pascual. En ese caso, Jesús fue juzgado y murió el mismo día de la Pascua. (Esto crea muchos problemas históricos, ya que es difícil que los judíos se reunieran a juzgar a alguien en esa fecha tan solemne y aún más difícil que después se desplazaran al lugar de la ejecución).

Según san Juan, sin embargo, ese año la Pascua cayó en sábado, por lo que Jesús murió el día de la vigilia (el viernes), precisamente a la misma hora en que se sacrificaban los corderos. Por eso los judíos «no entraron al pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua» (Jn 18,28). En ese caso, la cena del jueves fue un anticipo de la Pascua, pero no fue una cena pascual, hablando con propiedad.

Esta aparente contradicción temporal parecía insuperable hasta que se descubrieron los documentos de Qumram. Allí apareció el calendario que seguía la comunidad de los esenios, con el año dividido en cuatro trimestres, cada uno de ellos compuesto por dos meses de 30 días y uno de 31. En este calendario las fiestas anuales caían siempre en los mismos días de la semana. En concreto, el inicio del año y la Pascua se celebraban siempre en miércoles. 

Estudios posteriores han demostrado que otros grupos judíos (especialmente fuera de Jerusalén) también usaban este calendario, que había sido el habitual hasta que las clases dirigentes asumieron un cómputo distinto. Jesús pudo celebrar una cena pascual con este calendario. Eso explicaría por qué algunos textos cristianos muy antiguos dicen que la última Cena y la traición de Judas tuvieron lugar el miércoles y con este dato se justificaba desde finales del siglo I el ayuno cristiano los miércoles (recordando la traición de Judas) y los viernes (en memoria de la muerte de Jesús). 

También explicaría que en los textos evangélicos no se haga ninguna referencia a la presencia del cordero ni a otros elementos específicos de la cena pascual en la última Cena, ya que Jesús mismo es el verdadero Cordero, como indica san Juan al afirmar que falleció en el mismo momento en que los corderos eran sacrificados en el templo. 

Por último, daría el tiempo necesario para situar los distintos movimientos que narran los evangelios entre la detención del Señor y su muerte, que no caben si se concentran solo en la noche del jueves y la mañana del viernes: traslado de Jesús a las casas de Anás y Caifás, dos juicios judíos, burlas de las autoridades judías, entrega a Pilato, traslado a la casa de Herodes, regreso al pretorio y juicio romano, flagelación, burlas de los soldados, desplazamiento al Gólgota y crucifixión. 

De todas formas, esta cronología tampoco aclara todos los puntos. De hecho, la cena tenía lugar la tarde anterior al día de Pascua, por lo que en ese caso se habría celebrado el martes (que para los judíos ya era miércoles, porque el día comenzaba con la puesta del sol de la víspera). 

Para terminar de complicar la cuestión, algunos historiadores alargan durante unos meses los acontecimientos que los evangelistas reúnen en una semana. Según esta propuesta, la entrada triunfal en Jerusalén no habría tenido lugar durante las fiestas de Pascua, sino durante las fiestas de las Tiendas o de los Tabernáculos, que se celebraban en septiembre. 

En dicha fiesta se hacían procesiones con ramos de palmas, que se llevaban desde la zona de Jericó a Jerusalén, tal como mandaba la Escritura y se sigue haciendo hasta el presente: «El primer día [de la fiesta de los Tabernáculos] tomaréis ramos de palmera, ramas de árboles frondosos y sauces del río…» (Lev 23,40); «Salid al monte y traed ramas de olivo, de pino, de mirto, de palmera…» (Neh 8,15). Además, en dicha fiesta los sacerdotes del templo daban vueltas alrededor del altar gritando repetidamente «¡Hosanna!».

Si la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén tuvo lugar durante la fiesta de las Tiendas, se explicarían mejor algunos datos, como que Juan no sitúe la purificación del templo en el contexto de la Semana Santa, sino mucho antes (cf. Jn 2,13-22) y que también presente como sucedida varias semanas antes de la Pascua la reunión del sanedrín en la que las autoridades judías decidieron dar muerte Jesús (cf. Jn 11,47-50), así como las numerosas disputas con las autoridades antes del desenlace definitivo y las idas y venidas de Jesús a Jerusalén. Pero esa hipótesis tampoco aclara todos los puntos oscuros.

Como vemos, establecer la fecha exacta de la celebración de la última Cena sigue siendo problemático. Pero, independientemente de los momentos exactos en los que tuvieron lugar la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén, la unción (o las unciones) en Betania, la última Cena, los juicios contra Jesús y su crucifixión, está claro que los evangelistas ponen todos esos acontecimientos en relación con la Pascua judía...". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.






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