martes, 9 de octubre de 2018

Santa Teresa de Jesús. San José protege y es maestro de oración.

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“Tomé por abogado y señor al glorioso San José y encomendéme mucho a él. Vi claro que así de esta necesidad como de otras mayores de honra y pérdida de alma este padre y señor mío me sacó con más bien que yo le sabía pedir. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado Santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, a este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra -que como tenía el nombre de padre, siendo ayo, le podía mandar-, así en el cielo hace cuánto le pide. No he conocido persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios, que no la vea más aprovechada en la virtud; porque aprovecha en gran manera a las almas que a él se encomiendan. Paréceme ha algunos años que cada año en su día le pido una cosa, y siempre la veo cumplida. Si va algo torcida la petición, él la endereza para más bien mío. […] No sé cómo se puede pensar en la Reina de los ángeles en el tiempo que tanto pasó con el Niño Jesús, que no den gracias a San José por lo bien que les ayudó en ellos. Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso Santo por maestro y no errará en el camino” (Vida 6,6-8). 

lunes, 8 de octubre de 2018

Santa Teresa de Jesús. La Virgen María nos conduce hacia la unión con Dios.

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"Acuérdome que cuando murió mi madre quedé yo de edad de doce años, poco menos (tenía catorce años). Como yo comencé a entender lo que había perdido, afligida fuíme a una imagen de Nuestra Señora y supliquéla fuese mi Madre, con muchas lágrimas. Paréceme que, aunque se hizo con simpleza, que me ha valido; porque conocidamente he hallado a esta Virgen soberana en cuanto me he encomendado a Ella; y, en fin, me ha tornado a sí" (Vida 1,7).


"Entendí que tenía mucha obligación de servir a Ntra. Señora y a S. José; porque muchas veces, yendo perdida del todo, por sus ruegos me tornaba Dios a dar salud" (Relaciones 63,2). 4

"Parezcámonos, hijas mías, en algo, a la gran humildad de la Virgen Santísima, cuyo hábito traemos, que es confusión nombrarnos monjas suyas; que por mucho que nos parezca nos humillamos, quedamos bien cortas para ser hijas de tal Madre y esposas de tal Esposo" (Camino 13,3).

“Es muy buena compañía el buen Jesús para no nos apartar de ella, y su Sacratísima Madre, y gustar mucho de que nos dolamos de sus penas” (6 Moradas 7,13).

sábado, 6 de octubre de 2018

Dios te salve


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Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.

Dios te salve.

A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén

viernes, 5 de octubre de 2018

Francisco, repara mi Iglesia




"En cierta ocasión, el joven Francisco de Asís se encontraba en oración en la iglesita de san Damián, que estaba abandonada y con varias paredes hundidas. Dentro solo quedaba un icono de Cristo, el famoso crucifijo de san Damián. Mientras oraba, oyó que Jesús le decía: “Francisco, ve y reconstruye mi Iglesia, que como ves está en ruinas”.

Él comenzó inmediatamente la restauración de aquel templo y dio inicio al movimiento franciscano con los compañeros que se le juntaron. Con el uso de palabras sencillas para predicar el evangelio y una vida simple, los franciscanos reconstruyeron la Iglesia de Cristo y lo siguen haciendo hasta el presente.

«Poco a poco, Francisco se dio cuenta de que no se trataba de hacer de albañil y reparar un edificio de piedra, sino de dar su contribución a la vida de la Iglesia. Se trataba de ponerse al servicio de la Iglesia, amándola y trabajando para que en ella se refleje cada vez más el rostro de Cristo» (papa Francisco a los jóvenes).

Más tarde, el Papa Inocencio III soñó que se estaba hundiendo la basílica de san Juan de Letrán (la catedral de Roma) y que Francisco la sujetaba, impidiendo que cayera. Por eso aprobó su regla de vida y le animó a continuar con su obra.

Santa Teresa de Jesús también vivió momentos de crisis. Viendo las divisiones y los escándalos en la Iglesia de su tiempo, dice: “Me determiné a hacer lo poquito que yo podía y a procurar que mis compañeras hicieran lo mismo”. Presentando con palabras sencillas el evangelio de la oración y viviendo con gran naturalidad su consagración dio inicio a un movimiento de reforma de la Iglesia que dura hasta el presente.

El papa Francisco Bergoglio también ha recibido la misión de reconstruir la Iglesia de Dios, que amenaza ruina. Como san Francisco de Asís y santa Teresa de Jesús, usando palabras sencillas para predicar el evangelio y llevando una vida simple, está colaborando con Cristo para que su Iglesia sea cada vez más auténtica.

¿Estamos dispuestos a colaborar, poniendo lo que esté de nuestra parte? ¿o nos quedaremos solo mirando? Se necesitan muchas manos y muchos corazones para esta importante misión". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.

jueves, 4 de octubre de 2018

4 de octubre, san Francisco de Asís.

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"San Francisco nace en Asís, ciudad de la Umbría italiana, en 1181 ó 1182. […] Siendo niño fue enviado a la escuela canonical de San Jorge, en su Asís natal, donde aprendió a leer y escribir. […] En la primavera de 1198, cuando Francisco contaba con 16 años, los ciudadanos de Asís se sacudieron el dominio del poder imperial, derribando el castillo que domina desde lo alto sobre la ciudad, y dos años más tarde la ciudad se declaró municipio «comune» libre. […] En 1202 Asís se enfrentó con la ciudad vecina de Perusa, refugio de la vieja nobleza asisiense. El ejército popular de Asís fue derrotado, y Francisco, que tomó parte con él en la guerra, fue hecho prisionero, teniendo que permanecer en la cárcel aproximadamente un año, hasta que, pagado el rescate, fue liberado. La prisión minó su salud y tuvo que guardar cama durante una larga temporada. Fue para él un tiempo de silencio y reflexión.
Poco a poco, en el silencio contemplativo y a través de diversos gestos, como el intercambio de vestidos con un pobre para pedir limosna a las puertas de San Pedro en Roma, fue descubriendo una realidad que aún no había visto o que no se había atrevido a mirar cara a cara: la del hombre como hermano, que se le daba a gustar sobre todo en la enfermedad, la marginación y la pobreza, que la nueva cultura y sociedad urbana, nacidas del enriquecimiento de los comerciantes y dominadas por el capital, parecían aumentar sin cuento y agudizar la situación de desamparo de quienes las padecían.
Un hecho determinante en este proceso de cambio fue su encuentro con los leprosos. […] Fue esta experiencia la que él eligió en su testamento para definir su conversión, y con ella lo comienza: «El Señor me dio a mí, el hermano Francisco, el comenzar de este modo a hacer penitencia: pues, como estaba en pecado, me parecía extremadamente amargo ver a los leprosos; pero el Señor mismo me llevó entre ellos, y practiqué con ellos la misericordia. Y al separarme de ellos, lo que me parecía amargo, se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo. Y, después de un poco de tiempo, salí del mundo». Era el año 1205.
A continuación el santo pasó un período de búsqueda, de algo más de dos años, viviendo corno eremita, primero, y como penitente, después. […]
Un día que oraba en la ermita de San Damián sintió en su espíritu que Cristo, desde la cruz, le llamaba por su nombre y le decía: «Francisco, ¿no ves que mi casa se derrumba? Anda, pues, y repárala». Y creyendo que lo que se le pedía era la restauración de la vieja y ruinosa ermita, puso manos a la obra. Y después de esta ermita vino otra, y luego otra.
En este período de su proceso de búsqueda los biógrafos colocan su renuncia a los bienes paternos. Demandado ante el obispo de Asís por su padre que, desencantado y defraudado por la vida de su hijo —tan poco conforme con sus sueños de rico comerciante—, no podía soportar su vida de mendigo, entre los leprosos, y que dispusiera con esplendidez de los bienes familiares en favor de los pobres y las iglesias abandonadas, Francisco renunció públicamente no sólo a los bienes paternos de que pudiera disponer, sino hasta a sus mismos vestidos, que se quitó y, desnudo, entregó a su padre.

El paso decisivo y clarificación definitiva sobre cuál había de ser su camino tuvo lugar en 1208, cuando, tomando parte en la celebración de la Eucaristía en la iglesita de Santa María de los Ángeles, la «Porciúncula» —una capilla de campaña por él restaurada, perteneciente al monasterio benedictino de la ciudad—, oyó leer el Evangelio del envío de los setenta y dos discípulos a predicar. «Terminada la misa —escribe el biógrafo Celano—, pidió humildemente al sacerdote que le explicase el Evangelio... Al oír Francisco que los discípulos de Cristo no debían poseer ni oro, ni plata, ni dinero; ni llevar para el camino alforja, ni bolsa, ni pan, ni bastón, ni tener calzado, ni dos túnicas, sino predicar el reino de Dios y la penitencia, al instante, saltando de gozo, lleno del Espíritu del Señor, exclamó: "Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo que en lo más íntimo de mi corazón anhelo poner en práctica». Acababa de descubrir lo que el Señor esperaba de él: reparar su Iglesia mediante el retorno a la pureza del Evangelio, viviendo en el seguimiento de la pobreza y humildad de nuestro Señor Jesucristo», como servidor humilde a quien nadie teme, y anunciando a todos el evangelio de la paz y la fraternidad...".






miércoles, 3 de octubre de 2018

Papa Francisco y santa Teresita...

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Tras su viaje a Sri Lanka @Pontifex_es dijo: “cuando no sé cómo irán las cosas, tengo la costumbre de pedir a Santa Teresita del Niño Jesús, que lleve el problema en sus manos, y que me envíe una rosa".

martes, 2 de octubre de 2018

Rotundo éxito de la iniciativa 'Pro Papa Francisco' de apoyo al Papa frente a los ataques de los rigoristas





"Hace ahora un mes, en mitad de su viaje a Irlanda, grupos rigoristas lanzaron un programado ataque contra el Papa Francisco, a través de una burda denuncia del ex nuncio en EEUU, Carlo María Viganó. Francisco no quiso contestar... pero sí muchos católicos y la inmensa mayoría de episcopados del mundo, que defendieron al Papa. Desde RD, relanzamos nuestra campaña 'Pro Papa Francisco'. El resultado ha sido un rotundo éxito.
En apenas un mes, las visitas y los apoyos al Papa a través de la web, las informaciones y las redes sociales se han multiplicado exponencialmente. Teólogos, obispos, comunidades religiosas, organizaciones de la Iglesia de base... todos, han saltado a defender a un Pontífice que ha puesto la "revolución de la misericordia" por encima de la dogmática de los doctores de la ley.
Este domingo, regresando de otro viaje (el de los países bálticos), Francisco hizo una referencia a lo ocurrido a lo largo de este mes: "Cuando salió aquel famoso comunicado de un ex nuncio apostólico, los episcopados del mundo me han escrito, diciendo claramente que se sentían cercanos, que rezaban por mí..."
Y a fe que ha sido cierto. La práctica totalidad de los episcopados del mundo, se han posicionado claramente en favor del Papa. Y los silencios son tan sonoros que colocan a cada uno en su sitio: los enemigos de Francisco, al fin, se han quitado la careta".

https://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2018/10/01/pro-francisco-religion-iglesia-apoyos-papa-ataques-vigano-rigoristas-fieles-sacerdotes-religiosos-y-obispos-se-suman-a-la-campana-lanzada-por-rd.shtml


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2 de octubre, Santos Ángeles Custodios.

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"Hoy hacemos memoria de los Santos Ángeles Custodios. Ángel significa enviado o mensajero. Son espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación. Pertenecen al universo espiritual que rodea a Dios, están sometidos a Cristo y sirven al hombre. Los ángeles son mediadores entre Dios y los hombres. Aquel que media entre el mundo divino y el mundo terreno.

En la lectura del Éxodo, 23, 20-23 se dice: “Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que te he preparado… Respétalo y obedécelo”. Fueron las Palabras del Señor a Moisés, para el Pueblo de Israel, que ya se preparaba para entrar en la tierra prometida, recibido el decálogo y un cuerpo de legislaciones para ello.

Y es que, en nuestra vida, Dios pone ángeles para que nos cuiden para que los pasos que damos sean seguros y estén acompañados por Dios. Un paso solitario e individualista nos aleja de la comunidad, del pueblo, es un paso ciego. Necesita descubrir el sentido de salvación que requiere el camino, necesita descubrir el rostro de Dios. Un paso que donde se nos acompañe, aligera la carga y hace más corto el camino. Es un paso iluminado por la esperanza, un paso cierto.


Hemos de ver en estos ángeles también a tantas personas que nos han hablado de Dios, que nos han traído su mensaje, que nos han cuidado en el camino, en la vida, en la enfermedad, que han amado nuestras miserias sin tener en cuenta cómo seamos y cómo nos hayamos comportado. Merecen nuestro respeto. Ellos son mediaciones de Dios".


lunes, 1 de octubre de 2018

1º de octubre, santa Teresita del Niño Jesús.

"Hoy recordamos a Santa Teresita de Lisieux. 

Ella vivió y creció con una bella conciencia de ser inmensamente amada por Jesucristo. Por eso desde niña ansiaba consagrarse a Dios en la clausura; entonces se hizo carmelita. Pero su amor a Jesús no era sólo un deseo de vivir tranquila, abrazada por el Señor. Porque el Espíritu Santo le hizo ver con claridad que quien ama a Jesús se identifica con su deseo, empieza a desear lo que Jesús desea. Por lo tanto, su pasión era ser un instrumento de Jesús para hacer el bien.

Teresita no sentía un gran atractivo por la tranquilidad del cielo. Más bien le interesaba que en el cielo podría estar más cerca de Jesús para que su oración fuera más eficaz y pudiera interceder por nosotros con más fuerza. Eso se expresaba en su promesa de que después de su muerte haría caer una lluvia de rosas.

Pero lo que más se destaca en su vida es la infancia espiritual. Hacerse como niños es confiar sin reservas en el amor de Dios, y así no necesitar más dominar a los demás, aprovecharse de ellos o buscar con desesperación sus elogios y reconocimientos. Teresita vivió a fondo esta actitud gracias a la obra transformadora del Espíritu Santo.

El Evangelio nos invita a recuperar la actitud de humilde confianza que caracteriza a los niños; el Reino de Dios debe ser recibido con esa confianza, propia del que sabe que solo no puede. Así como un niño que en los momentos de temor reclama sinceramente la presencia de su Padre, el corazón tocado por el Espíritu Santo ha renunciado a su autonomía, sabe que necesita de su poder, que sin él no tiene fuerza ni seguridad, que en él está la única verdadera fortaleza".