"En medio de estas celebraciones de Navidad, donde los buenos sentimientos, los reencuentros, los deseos de paz y armonía parece que nos llenan el corazón más que en ningún otro momento del año, nos encontramos a la familia de Nazaret. Y tenemos la oportunidad de recordar, al contemplarla, que nuestras familias son un espacio privilegiado de amor y de cuidado, nidos de sabiduría, donde siendo niños aprendimos las cosas realmente importantes, donde nos cuidaron con amor y donde nosotros tenemos el privilegio de poder cuidar a nuestros seres queridos.
En todas las lecturas de hoy se hace presente el amor como causa y sustento de las relaciones familiares, el respeto, el cuidado, la paciencia, el agradecimiento y la confianza, no son más que caras de ese gran poliedro que es el amor. Y ese amor nos ilumina, incluso ante el desconcierto o el desacuerdo, y nos muestra cómo debemos relacionarnos entre nosotros con respeto y libertad.
Y Dios, en medio de todo, pidiendo su espacio, llamándonos para mostrarnos que, cuando somos capaces de dedicarle tiempo, nuestros horizontes se expanden, y aunque, como Jesús volvamos a casa, a nuestras tareas ordinarias, nunca volvemos de la misma manera, si realmente abrimos nuestros ojos y nuestros oídos a su Palabra". Julio Moreno y Mario Botica.
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