Domingo de la Santísima Trinidad
"La Trinidad no es un dogma separado de la Biblia o de la Iglesia, pero en el centro de la Biblia Cristiana y de la vida de la Iglesia se encuentra el misterio de Dios, que conocemos por Jesús y compartimos por el Espíritu santo, en su unión y diferencias.
Esos tres, que son uno, en amor y vida, constituyen lo que, con palabra imperfecta, pero quizá imprescindible, llamamos Trinidad, para confesar por ella que el Dios de los hombres es dinamismo de vida e impulso de amor en la misma historia de los hombres.
Entendida así, la Trinidad constituye, con la Encarnación, el centro del misterio cristiano: por ella sentimos y sabemos que Dios es fuente inagotable y comunión creadora de amor que anima y sostiene la historia de los hombres.
No es un concepto, ni es objeto de una posible especulación (tres son uno, uno es tres), sino el descubrimiento único y siempre nuevo de la riqueza de Dios, que para los cristianos se revela por Jesús, a quien ellos han visto y confesado como Hijo de Dios (Hombre verdadero) y Dador del Espíritu, es decir, promotor de nueva Humanidad. En ese sentido he querido decir que no hay tarea más urgente que conocer y "vivir" la Trinidad". Xabier Picaza.
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