Dichos de luz y amor
"San Juan de la Cruz tenía la costumbre de entregar a sus amigos trozos de papel con un pensamiento que resumiera lo que habían hablado ese día.
La gente los apreciaba y los intercambiaba entre sí, porque consideraban esas frases como verdaderos tesoros de sabiduría.
En cierto momento, fray Juan recogió algunos en un librito que tituló "Dichos de luz y amor", al que añadió un breve prólogo de presentación, que dice así:
- También, ¡oh Dios y deleite mío!, en estos dichos de luz y amor de ti se quiso mi alma emplear por amor de ti, porque ya que yo, teniendo la lengua de ellos, no tengo la obra y virtud de ellos, que es con lo que, Señor mío, te agradas, más que con el lenguaje y sabiduría de ellos, otras personas, provocadas por ellos, por ventura aprovechen en tu servicio y amor, en que yo falto, y tenga mi alma en qué se consolar de que haya sido ocasión que lo que falta en ella halles en otros.
- Amas tú, Señor, la discreción, amas la luz, amas el amor sobre las demás operaciones del alma. Por eso, estos dichos serán de discreción para el caminar, de luz para el camino y de amor en el caminar.
- Quédese, pues, lejos la retórica del mundo; quédense las parlerías y elocuencia seca de la humana sabiduría, flaca e ingeniosa, de que nunca tú gustas, y hablemos palabras al corazón bañadas en dulzor y amor, de que tú bien gustas, quitando por ventura delante ofendículos y tropiezos a muchas almas que tropiezan no sabiendo, y no sabiendo van errando, pensando que aciertan en lo que es seguir a tu dulcísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y hacerse semejantes a él en la vida, condiciones y virtudes, y en la forma de la desnudez y pureza de su espirítu. Mas dala tú, Padre de misericordias, porque sin ti no se hará nada, Señor.
Después vienen 186 sentencias (la mayoría se encuentran escritas de su puño y letra en el "manuscrito de Andújar" y otras fueron recogidas a su muerte por algunas hermanas carmelitas). Pueden ver el texto original en la foto de arriba.
La primera frase ya nos indica cómo pensaba san Juan de la Cruz, cuál era la fuente de su optimismo y de su paz imperturbable. Dice así:
- Siempre el Señor descubrió los tesoros de su sabiduría y espíritu a los mortales; mas ahora que la malicia va descubriendo más su cara, mucho los descubre.
San Juan de la Cruz está convencido de que la gracia y el amor de Dios no son cosas del pasado, sino que él sigue actuando siempre, también en nuestros días, e incluso más en estos tiempos que en los que nos precedieron.
Dios SIEMPRE ha descubierto a los hombres "los tesoros de su sabiduría y espíritu" y lo sigue haciendo. Por eso es tan importante tener los ojos bien abiertos, para gozar de su presencia en nuestras vidas; es decir: hay que velar (usando un lenguaje bíblico).
No vale la pena malgastar el tiempo en lamentarse por lo mal que anda el mundo y cosas por el estilo. Dios sigue actuando y manifestando su gracia, por lo que lo verdaderamente urgente es descubrir su cercanía y acoger sus visitas, dejarnos llenar de su gracia y de su amor". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
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