"Yo soy el camino, la verdad y la vida". Jn 14,6. |
lunes, 30 de diciembre de 2019
Las fiestas del ciclo navideño.
"En Navidad celebramos el admirable misterio de la encarnación del Señor y de su manifestación en la carne. El Hijo de Dios ha entrado en nuestra historia, ha asumido nuestra naturaleza y se ha quedado para siempre entre nosotros.
El ciclo litúrgico de la manifestación del Señor en la carne consta de las cuatro semanas de "Adviento" y del llamado "Tiempo de Navidad", en el que recordamos especialmente a algunos santos (san Esteban, protomártir, 26/12; san Juan evangelista, 27/12; los santos inocentes, 28/12; la Sagrada Familia, dentro de la octava o el 30/12) que la tradición llama "Comites Christi", que en español antiguo se decía "La sagrada compaña".
Las fiestas de Navidad - Epifanía concluyen con la celebración del bautismo del Señor en el río Jordán, que dio inicio a su vida pública". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
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domingo, 29 de diciembre de 2019
La Sagrada Familia de Nazaret.
"... Celebramos la fiesta de la Sagrada Familia, tu familia. Queremos aprender de su humanidad, que se nos entrega, de manera sencilla y cotidiana, en la vida que comparte pan, trabajo, amor, servicio y sueños de Reino, de libertad y dignidad. No resulta fácil vivir tu Evangelio de manera coherente y honesta en el día a día. Estamos finalizando este año, y nos acompaña tu familia, María, la mujer que no se rinde en la adversidad; José, cuidando con responsabilidad y cariño a los dos. Ellos nos muestran el camino de la cotidianidad vivida en clave de oración y servicio; de valores que construyen humanidad. Ahí, en el Nazareth, amor de cada día, nos quedamos para rezar juntos como familia. Danos tu amor y gracia, que eso nos basta. Amén". HGM
miércoles, 25 de diciembre de 2019
Navidad.
"Ya que era llegado el tiempo
en que de nacer había,
así como desposado
de su tálamo salía,
abrazado con su esposa,
que en sus brazos la traía,
al cual la graciosa Madre
en su pesebre ponía,
entre unos animales
que a la sazón allí había,
los hombres decían cantares,
los ángeles melodía,
festejando el desposorio
que entre tales dos había,
pero Dios en el pesebre
allí lloraba y gemía,
que eran joyas que la esposa
al desposorio traía,
y la Madre estaba en pasmo
de que tal trueque veía:
el llanto del hombre en Dios,
y en el hombre la alegría,
lo cual del uno y del otro
tan ajeno ser solía".
San Juan de la Cruz.
martes, 24 de diciembre de 2019
"De su esposo en compañía
soñolienta y fatigada,
por ver si les dan posada
toca en las puertas María.
Él le dice “esposa mía,
ten calma, vamos a ver…
nos abrirán al saber
que te encuentras en estado
y un lecho busca prestado
tu Niño para nacer”.
Pues tiembla la Virgen bella,
él se quita en el camino
su paltocito de lino
para ofrecérselo a ella.
“Vaya mi linda doncella
con este manto abrigada”
dice con gracia forzada
mientras siente las diabluras
que hace el frío en las roturas
de su franela rayada.
De portón van en portón
suplicando humildemente
y en todos les da la gente
la misma contestación
“esta casa no es pensión”
o “cuánto van a pagar…”
y en uno que otro lugar
hay quien al ver a María
dice alguna picardía
para hacerla sonrojar.
Qué pobrecitos que son,
qué pena tan sin alivio,
todos tienen lecho tibio
pero nadie corazón.
De cansancio y aflicción
la Virgen se echa a llorar
y torna triste a mirar
que en la noche alta y desierta
la luna es como una puerta
que se abre de par en par.
A la casa de un pastor
van por fin José y María,
solo piden hostería
para que nazca el Señor.
Pero hay allí tanto amor
por los buenos peregrinos
que la pastora sus linos
abandona en el telar
y al punto les va a buscar
cuajadas, panes y vino.
Ya la Virgen tiende el manto
sobre la hierba olorosa
ya como delgada rosa
se dobla su cuerpo santo
y a través de un claro llanto
los ojos del buey la ven
llora el Niñito también
y la historia nos relata
que una estrella de hojalata
brilló esa noche en Belén".
Aquiles Nazoa.
martes, 17 de diciembre de 2019
La preparación de Navidad (últimos días de Adviento).
"El 17 de diciembre la Iglesia latina comienza la segunda etapa del Adviento, dedicada a preparar más directamente las fiestas navideñas, lo que imprime un carácter especial a las lecturas y oraciones de la liturgia.
A partir de ese día, en las primeras lecturas de la misa se proclaman las promesas mesiánicas de los profetas, que encuentran su cumplimiento en las primeras páginas de los evangelios de san Mateo y san Lucas, que se leen a continuación.
Allí se presentan las escenas inmediatamente anteriores al nacimiento del Señor: anuncios del nacimiento de Juan y de Jesús, visitación de María a Isabel, cánticos de Zacarías y de María, genealogía de Jesús.
Las lecturas patrísticas del Oficio comentan estos evangelios: san León Magno, la genealogía de Cristo (el 17); san Bernardo, la anunciación (el 20); san Ambrosio, la visitación (el 21); san Beda el Venerable, el Magníficat (el 22) y san Agustín, el Benedictus (el 24).
Las oraciones hacen continuas referencias a la cercanía de Navidad y a las actitudes necesarias para celebrarla cristianamente: «Al acercarse las fiestas de la Navidad, te rogamos que tu Verbo, que se hizo carne en el seno de la Virgen María y habitó entre nosotros, nos haga sentir su amor y su misericordia» (oración colecta del 23 de diciembre).
La oración colecta del día 24 por la mañana suplica directamente a Cristo (algo raro en este tipo de oraciones, normalmente dirigidas al Padre) que no retrase su venida, tan largamente deseada: «Apresúrate, Señor Jesús, no tardes ya, para que tu venida dé nuevas fuerzas y ánimo a quienes hemos puesto nuestra confianza en tu misericordia».
La Iglesia, que ve en Cristo la fuente de su alegría y de su paz, expresa así sus sentimientos: «Es justo darte gracias, Padre, por Cristo, a quien los profetas anunciaron, la Virgen esperó con inefable amor de Madre, Juan lo proclamó ya próximo y señaló después entre los hombres. El mismo Señor nos concede ahora prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para encontrarnos así, cuando llegue, velando en oración y cantando su alabanza» (Prefacio II de Adviento).
Incluso los himnos de la liturgia de las horas se cambian, proponiéndose unos más navideños que los usados durante la primera parte del Adviento.
La preparación del "belén" o "pesebre" en los hogares cristianos, la novena al Niño Jesús, las Posadas y otras prácticas piadosas son también propias de estos días.
A medida que el Adviento avanza y la Iglesia intuye la cercanía de su Esposo, que viene como salvador, crecen las oraciones de los que esperan de él la redención como anticipo de la vida eterna.
Esta pregustación ayuda a comprender que los sufrimientos presentes no son comparables con la gloria futura (cf. Rom 8,18).
De esta manera, la esperanza mueve a los creyentes a trabajar por un mundo más justo, aunque cueste esfuerzo y sufrimientos. De todas formas, la experiencia de nuestra pobreza radical nos hace gemir, suplicando a Cristo que venga a nuestras vidas y a nuestro mundo.
Porque queremos que se establezca la civilización del amor y sabemos que nuestros esfuerzos son insuficientes, el Adviento nos invita a orar con perseverancia.
Esta oración insistente y perseverante, que suplica la venida de Cristo, ha encontrado una feliz formulación en las hermosas antífonas mayores, que acompañan el magníficat en vísperas y que son los elementos más característicos de los últimos días de Adviento". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
lunes, 16 de diciembre de 2019
La genealogía de Jesús (el arbol de Jesé).
"Durante siglos, en Adviento se explicaba la representación del “árbol de Jesé”, que consiste en un tronco que brota de su pecho, en el que se colocan los antepasados de Cristo. La abundancia de ejemplares, que se conservan en templos y museos, indica la enorme popularidad que alcanzó en otras épocas. Por su parte, los cristianos orientales lo pintan en el “icono de los antepasados de Cristo”.
Estas “biblias de los pobres” que recogen la genealogía de Jesús servían para explicar al pueblo los pecados y las esperanzas de Israel, así como la obra salvadora de Cristo.
La genealogía de Jesús nos recuerda que el Señor se ha manifestado en la historia real de los hombres, con sus luces y sus sombras.
Cada personaje de esta genealogía vivió en un momento determinado de la historia de su pueblo, tuvo sus alegrías y sus tristezas, y se convirtió en un eslabón de la cadena humana que construye la historia de la salvación.
La genealogía de Jesús muestra que Dios realiza su salvación con gente real, imperfecta, muchas veces mezquina: Judá tuvo un hijo con su nuera Tamar; Jacob engañó a su padre, a su hermano y a su suegro; Rajab fue una prostituta cananea; Rut era moabita, perteneciente a un pueblo enemigo de Israel; David fue prepotente, adúltero y asesino; Salomón tuvo al menos 700 esposas y 300 concubinas...
El Hijo de Dios ha asumido la historia de Israel y la historia de la humanidad. Si hubiera tenido que esperar a que los hombres fueran justos y perfectos, no se habría encarnado nunca.
Él toma sobre sus hombros nuestra realidad: las cosas buenas para llevarlas a plenitud, las cosas malas para perdonarlas, las esperanzas para llevarlas a cumplimiento.
Él asume nuestra historia, pero no es el resultado de nuestra historia. No es el fruto de la evolución humana ni del querer de los hombres. Es don de Dios, totalmente gratuito e inmerecido por nuestra parte. Por eso no es generado como todos los hombres. Tiene una madre, de la que asume la naturaleza humana, pero existe desde siempre como eterno Hijo del Altísimo.
El Hijo de Dios se hace hijo de María, hermano nuestro, para salvar lo que estaba perdido, para hacernos hijos de Dios.
Bendito sea el que tanto nos amó. A él sean el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
domingo, 15 de diciembre de 2019
Tercer domingo de Adviento (Domingo de Gaudete).
"... El tercer domingo de Adviento es llamado de "gaudete" o de "la alegría", porque tiene algunas características peculiares relacionadas con esta emoción...".
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"... El tercer domingo de Adviento es llamado de "gaudete" o de "la alegría", porque tiene algunas características peculiares relacionadas con esta emoción...".
"En la primera lectura de la misa de hoy, el profeta Isaías anuncia que "el desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, se alegrarán con gozo y alegría, verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios".
Para los desterrados de Israel no era fácil creer en las promesas del profeta. Se encontraban en Babilonia, lejos de su patria, y se sentían fracasados.
Sin embargo, el profeta les invitaba a la esperanza, a poner sus vidas en manos del Señor, que puede sacar bienes incluso de los males: "Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes. Mirad a vuestro Dios, que viene en persona y os salvará. Volverán los rescatados del Señor a Sión con cánticos. Pena y aflicción se alejarán".
Tampoco era fácil para Juan Bautista seguir confiando en Jesús. Había puesto su vida entera al servicio de Dios y creía que Jesús establecería la justicia y la paz definitivas. Pero ahora le parecía demasiado débil, por lo que manda una embajada a que le pregunten: "¿Eres tú el que tenía que venir, sí o no?".
Como los desterrados de Babilonia y como Juan Bautista, nosotros también nos encontramos confundidos muchas veces ante tantas situaciones de violencia y de injusticia que nos rodean.
A todos nosotros nos dice Santiago en la segunda lectura de hoy: "Tened paciencia, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca".
Este es motivo de nuestra alegría: El Señor está cerca, él viene a salvarnos, él es nuestra esperanza...". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
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sábado, 14 de diciembre de 2019
14 de diciembre, san Juan de la Cruz.
Nació en Fontiveros (Ávila) en 1542. Instrumento providencial en manos de Teresa de Jesús, le ayudo en su renovación de la Orden desde la primera fundación de frailes contemplativos en Duruelo el 28 de noviembre de 1568. Enfermo en Úbeda, se fue a cantar maitines al cielo la noche del 13 de diciembre de 1591.
Nació en Fontiveros (Ávila) en 1542. Instrumento providencial en manos de Teresa de Jesús, le ayudo en su renovación de la Orden desde la primera fundación de frailes contemplativos en Duruelo el 28 de noviembre de 1568. Enfermo en Úbeda, se fue a cantar maitines al cielo la noche del 13 de diciembre de 1591.
San Juan de la Cruz es el padre y maestro espiritual del Carmelo Teresiano, doctor de la vida cristiana en su dinamismo teologal, cantor de la hermosura de Dios y de la belleza de la creación. Su recuerdo se transforma hoy en liturgia viva. A través de la alabanza divina, su oración y su poesía, su canto eterno de gloria, se hace viático y plegaria del Carmelo peregrino aquí en la tierra. Su doctrina fue una exégesis viva del Evangelio; por eso la palabra de Dios ilumina su experiencia, y sus enseñanzas tienen alcances insospechados en la meditación de esa palabra.
CANTAR DEL ALMA QUE SE HUELGA
DE CONOCER A DIOS POR FE.
Qué bien sé yo la fonte que mana y corre,
aunque es de noche.
Aquella eterna fonte está escondida,
que bien sé yo do tiene su manida,
aunque es de noche.
Su origen no lo sé, pues no le tiene,
mas sé que todo origen de ella tiene,
aunque es de noche.
Sé que no puede ser cosa tan bella,
y que cielos y tierra beben de ella,
aunque es de noche.
Bien sé que suelo en ella no se halla,
y que ninguno puede vadealla,
aunque es de noche.
Su claridad nunca es oscurecida,
y sé que toda luz de ella es venida,
aunque es de noche.
Sé ser tan caudalosos sus corrientes.
que infiernos, cielos riegan y las gentes,
aunque es de noche.
El corriente que nace de esta fuente
bien sé que es tan capaz y omnipotente,
aunque es de noche.
El corriente que de estas dos procede
sé que ninguna de ellas le precede,
aunque es de noche.
Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.
Aquí se está llamando a las criaturas,
y de esta agua se hartan, aunque a oscuras
porque es de noche.
Aquesta viva fuente que deseo,
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche.
jueves, 12 de diciembre de 2019
12 de diciembre, Virgen de Guadalupe.
https://padreeduardosanzdemiguel.blogspot.com/2019/08/la-imagen-de-la-virgen-de-guadalupe.html?spref=fb&fbclid=IwAR07MII3wvhgpB2LlHc0E0KMp3vFeyJ5L6_2EsSRbPE1n904pFCvz3jt-YQ
"La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, la morenita del Tepeyac, de rostro mestizo, plasmada en la tilma del indio Juan Diego, es una maravillosa síntesis cultural, una obra maestra que presentó la nueva fe de manera tal que pudo ser entendida y aceptada inmediatamente por los pueblos indígenas mexicanos.
La Virgen de Guadalupe se manifestó a san Juan Diego como la Madre del Creador de todos, que ama a todos, indios, españoles y mestizos, con un mismo amor. Con su aparición comenzó un nuevo mundo, la aurora del sexto sol, que esperaban los mexicanos.
Para hablar de la Virgen María, Juan Diego usó el término náhuatl «coatlaxopeuh», que se pronuncia «quatlasupe», por lo que el obispo Juan de Zumárraga y sus acompañantes lo identificaron con el término español «Guadalupe», ya que ellos tenían mucha devoción a la imagen de la Virgen de Guadalupe de España.
En náhuatl, «Coa» significa «serpiente», «tla» equivale al artículo «la», mientras que «xopeuh» significa «aplastar», con lo que «coatlaxopeuh» significa «la que aplasta la (cabeza de la) serpiente».
La tilma es una especie de manto, tejido con fibra de cactus de poca calidad, que se deteriora en menos de 20 años. La trama es tan burda y sencilla, que se puede ver claramente a través de ella. La de Juan Diego se conserva perfecta casi 500 años después y aún desafía toda explicación científica sobre su origen.
El rostro de María es el de una joven mestiza. Una anticipación, pues en aquel momento todavía no había mestizos de esa edad en México. De esa manera, María asume el dolor de miles de niños, los primeros de una nueva raza que estaba surgiendo, rechazados entonces tanto por los indios como por los conquistadores.
La Virgen está de pie y su rostro se inclina delicadamente. El manto azul es la "tilma de turquesa" con que se revestían los grandes señores, e indica la nobleza y la importancia del portador.
Los rayos del sol circundan totalmente a la Guadalupana, que está embarazada de pocos meses, como indican el lazo negro que ajusta su cintura y el ligero abultamiento debajo de este. Sin embargo, la túnica que viste era llevada por las doncellas vírgenes.
Su pie pisa una luna negra (símbolo del mal para los mexicanos de la época). Ella vence sobre la oscuridad, ya que en su seno trae el sol que nace de lo alto, Jesucristo, la verdadera luz del mundo.
En el manto de la Virgen de Guadalupe se encuentra representado con sorprendente fidelidad el cielo del solsticio de invierno de 1531, que tuvo lugar a las 10,40 del martes 12 de diciembre, hora de la ciudad de México. Las constelaciones están representadas tal como se encontraban en el cielo en el momento en que Juan Diego enseñó su tilma al obispo Zumárraga.
En la parte derecha del manto se encuentran las constelaciones del Norte. En el lado izquierdo, las del Sur. El Este se ubica arriba y el Oeste en la porción inferior. Como el manto está abierto, hay otros agrupamientos estelares que no están señalados en la imagen, pero se encuentran presentes en el cielo: así, la Corona Boreal se ubica en la cabeza de la Virgen; Virgo en su pecho, a la altura de las manos; Leo en su vientre, justo sobre el signo del Nahui Ollin, con su principal astro denominado Régulo, el pequeño rey; Géminis, los gemelos, se encuentran a la altura de las rodillas; y Orión, donde está el ángel.
¡Incluso refleja en las retinas de sus ojos lo que tenía frente a ella en 1531! A pesar de lo pequeñas que son, conservan la imagen bastante detallada de trece personales.
El estudio de los pigmentos ha llegado a la conclusión de que no son de procedencia mineral, vegetal ni animal, por lo que su composición sigue siendo un misterio.
La imagen ha sufrido serios atentados y ha salido incólume de ácidos corrosivos y hasta de una bomba de gran tamaño que, en 1921, un desconocido escondió entre unas flores que malvadamente le ofreció. Al explotar la bomba, causó gran destrucción. El crucifijo de metal que estaba cerca de la Virgen quedó retorcido y sin embargo la imagen de la Virgen quedó intacta. El cristal del marco de su imagen no se rompió". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
lunes, 9 de diciembre de 2019
Origen de la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
"... tuvo lugar en el s. VII en los monasterios de Palestina. Lentamente, la fiesta se extendió por Oriente, de donde pasó a Italia (se encuentra registrada en el calendario marmóreo de Nápoles, esculpido entre el 840 y el 850) y, a partir del s. XI, a Inglaterra y a los otros países de Occidente.
Su contenido nunca ha suscitado polémicas en Oriente, donde se celebra la concepción de María y los dones con los que Dios la embelleció ya en el seno de su madre, en vistas a su misión.
En Occidente, por el contrario, al insistir en la concepción inmaculada, a lo largo de la Edad Media surgió un debate teológico con posturas enfrentadas.
La escuela dominicana afirmaba que María fue concebida con el pecado original, porque si no fuera así se invalidaba el dogma de la universal redención de Cristo. Sus seguidores aceptaban que María habría sido liberada del pecado dentro del seno de su madre, antes de nacer, pero habría sido concebida herida por el pecado original, como todos.
Por el contrario, la escuela franciscana defendía que María fue preservada de todo pecado desde el mismo momento de su concepción, con un privilegio singular, en vista de la redención de Cristo y como un anticipo de la misma.
Después de numerosas disputas, en 1477 Sixto IV autorizó la fiesta para toda la Iglesia Latina, con Misa y Oficio propios, dejando libertad a cada sacerdote para celebrarla o no. Al hablar de la universalidad del pecado original, el concilio de Trento especificó que «no fue intención de este Santo Sínodo incluir en el decreto lo concerniente al pecado original de la Santísima e Inmaculada Virgen María Madre de Dios». San Pío V prohibió toda discusión pública al respecto. Varios pontífices posteriores ratificaron esta norma.
El país que más insistió a lo largo del tiempo para que se instituyera una fiesta anual obligatoria para toda la Iglesia en honor de la Inmaculada y para lograr una declaración dogmática fue España. Por eso, con motivo del 150 aniversario del dogma, la Conferencia episcopal española publicó un mensaje el 25-11-2004, en el que analiza el extraordinario patrimonio literario, artístico y cultural que la fe en la Inmaculada ha producido en España, así como el arraigo popular de la fiesta.
A lo largo de los siglos muchas instituciones la eligieron como patrona y construyeron templos y capillas en su honor. Las universidades, ayuntamientos, gremios, Órdenes religiosas, etc. exigieron a todos sus miembros el voto de defender la doctrina de la Inmaculada Concepción, incluso con su sangre.
En 1616 se constituyó la Real Junta de prelados y teólogos, con el fin de conseguir una intervención definitiva de Roma.
En 1664, el papa concedió a España el derecho de celebrar de precepto el Oficio y Misa de la Inmaculada (también en Filipinas e Hispanoamérica, que entonces eran consideradas parte de España).
En 1665 se amplió el permiso para las posesiones españolas de Nápoles, Sicilia, Cerdeña, Flandes y Borgoña.
Fuera del ámbito español hubo que esperar hasta 1708, en que Clemente XI la hizo obligatoria para todo el rito romano. En 1760 Clemente XIII confirmó el patrocinio de la Inmaculada sobre todos los dominios de España. Finalmente, el Beato Pío IX, en 1854 procedió a la definición del dogma, acompañándola de un largo estudio bíblico e histórico:
«Definimos que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, que debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano» (Ineffabilis Deus, 18)". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
domingo, 8 de diciembre de 2019
8 de diciembre, Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María.
"El 8 de diciembre de 1854, Pío IX definió este dogma con las siguientes palabras: "Para honor de la santa e indivisa Trinidad..., declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles". Antes, la Orden Franciscana, en su Capítulo celebrado en Toledo el año 1645, "escogió a la bienaventurada Virgen María, Madre de Dios, en cuanto la confesamos y celebramos inmune de la culpa original en su misma Concepción, como Patrona singular de toda la Orden de los Frailes Menores". Y aquello no fue una novedad rara en la historia de la familia franciscana, que desde sus primeros tiempos se distinguió como defensora acérrima de este privilegio sin par de María. El beato Juan Duns Escoto fue su adalid, y la campaña por él iniciada la prosiguió la Orden, sin desmayos, a lo largo de los siglos". Casa Teresiana de Oración, ocd.
“Vos sois toda hermosa, toda agradable,
toda amable, toda gloriosa.
Vos sois sin mancha ni arruga;
estáis adornada de toda belleza
y enriquecida de toda santidad.
Sois más santa en vuestra carne virginal
que todas las virtudes del cielo.
Sobrepujáis a todas las mujeres
en la hermosura de vuestro cuerpo
y a todos los espíritus angélicos
en la excelencia de vuestra santidad”.
San Agustín.
Segundo domingo de Adviento.
"Hoy, segundo domingo de Adviento, el profeta Isaías y san Juan Bautista nos invitan a preparar el camino al Señor. Eso significa que no debemos sentarnos a esperar tiempos mejores, sino que tenemos que poner lo que está de nuestra parte para construir esos tiempos mejores.
No podemos esperar inactivamente, contentos con la certeza de que el Señor volverá con gloria al final de los tiempos.
La esperanza debe movernos a colaborar con Cristo en su obra de salvación, preparando con nuestras buenas obras un mundo mejor, que sea anticipo del que está por venir.
No debemos desear el futuro ignorando el presente, ya que el Juez divino nos pedirá cuentas sobre nuestro obrar en este mundo. Mientras esperamos la futura salvación, hemos de trabajar para prepararla.
Esta es la dimensión práctica del Adviento, que nunca deberíamos ignorar si no queremos falsificarlo. Es la dimensión moral de la fe cristiana.
En Adviento, la liturgia pide a Dios que nos conceda «salir al encuentro de Cristo, que viene, acompañados por las buenas obras». Los que desean encontrarse con el Señor, se esfuerzan en preparar su venida...". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
viernes, 6 de diciembre de 2019
6 de diciembre, san Nicolás.
"... El 6 de diciembre se celebra la fiesta de san Nicolás. En Oriente lo conocen como san Nicolás de Myra (la ciudad de Turquía en la que fue obispo y murió). En Occidente lo conocemos como san Nicolás de Bari (la ciudad de Italia en la que se encuentran sus restos desde el siglo XI). En la foto de arriba pueden ver juntas la imagen original (san Nicolás) y la evolucionada (Santa Claus)...".
"... El 6 de diciembre se celebra la fiesta de san Nicolás. En Oriente lo conocen como san Nicolás de Myra (la ciudad de Turquía en la que fue obispo y murió). En Occidente lo conocemos como san Nicolás de Bari (la ciudad de Italia en la que se encuentran sus restos desde el siglo XI). En la foto de arriba pueden ver juntas la imagen original (san Nicolás) y la evolucionada (Santa Claus)...".
"... Se le recuerda especialmente por haber rescatado a tres muchachas jóvenes, a quien su padre quería vender como prostitutas porque no tenía dinero para pagarles una dote con que casarse. También por haber salvado a tres niños que habían sido encerrados en un barril. Durante la Edad Media se multiplicaron las leyendas sobre su generosidad y sus milagros y se extendió su devoción tanto en Oriente como en Occidente...".
"... El día de su fiesta se solían hacer regalos de dulces y juguetes a los niños. En Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, parte de Alemania y otras regiones del centro y norte de Europa, es tradición que el santo obispo se haga presente en los días previos a la Navidad para repartir sus regalos...".
"... Los emigrantes católicos europeos continuaron celebrando su fiesta en Estados Unidos. Al principio, los protestastes la rechazaban (no querían celebrar a un obispo), pero el nombre de Sint Nicolaas o Sinter Klaas fue evolucionando hacia Santa Claus en la pronunciación inglesa y el buen obispo hacia el personaje que hoy conocemos, especialmente por la publicidad de la Coca Cola a partir de 1930. Lo de los duendes, los renos, la factoría en el polo Norte y la transformación de Santa en un nombre y Claus en un apellido, ha venido después. Últimamente incluso representan una señora Claus, esposa de Santa, en las películas infantiles...". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
Padre santo, imploramos tu misericordia, y por la intercesión del obispo san Nicolás líbranos de todos los peligros, para que podamos recorrer sin obstáculos el camino de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
domingo, 1 de diciembre de 2019
Primer domingo de Adviento.
"... estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre". |
"La esperanza cristiana es una esperanza activa. La primera lectura de la misa de este domingo primero de Adviento nos anuncia la paz definitiva, que Dios nos regalará en los tiempos finales, cuando «caminarán pueblos numerosos [hacia el Señor, que] será el árbitro de las naciones. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo, contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra».
Necesitamos escuchar este mensaje, porque a nuestro alrededor se multiplica el descontento y la frustración. Estamos asustados por las violentas manifestaciones que se suceden en Hong Kong, Francia, Nicaragua, Venezuela, Chile, Argentina, México, Colombia, Bolivia...
En la segunda lectura, san Pablo habla de «las actividades de las tinieblas: comilonas y borracheras, lujuria y desenfreno, riñas y envidias». Por desgracia, eso es lo que vemos y experimentamos cada día, por lo que podemos perder la ilusión y la esperanza.
Pero nosotros sabemos que pasarán el cielo y la tierra, pero la palabra de Dios no pasará, y sus promesas se cumplirán en el momento oportuno. Por eso no debemos caer en el desánimo. Dios es fiel y vendrá cuando lo considere oportuno, para llevar a plenitud su obra salvadora, tal como anuncia Jesús en el evangelio.
Mientras eso se realiza y las promesas de Dios se cumplen, a nosotros se nos encarga la tarea de preparar el camino al Señor, allanando las montañas y los valles, poniendo lo que esté en nuestras manos para construir un mundo más justo y pacífico.
Por eso dice san Pablo que nos revistamos de Jesucristo, de sus sentimientos, de su mirada sobre el mundo y de su actitud ante la vida.
En Adviento (y siempre) se nos invita a vivir como verdaderos cristianos: con los ojos puestos en la meta de nuestro caminar (el encuentro final con Cristo y su salvación definitiva) y esforzándonos cada día para vivir conforme a sus enseñanzas, alimentando al hambriento, curando al enfermo, levantando al que está caído, enseñando al que no sabe.
Nuestra oración tiene que ser incesante: «Señor, te estoy llamando, ven de prisa; escucha mi voz cuando te llamo» (Sal 141,1). Necesitamos su perdón, su salvación, su Espíritu Santo.
Al mismo tiempo, debemos esforzarnos para preparar su camino, haciendo todo lo posible para adelantar su venida salvadora y establecer su reinado de paz y de amor en el mundo.
Feliz Adviento a todos. Vivámoslo en la fe, la esperanza y la caridad". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
jueves, 28 de noviembre de 2019
Fundación de los carmelitas descalzos (28-11-1568).
El 28 de noviembre de 1568, primer domingo de Adviento, dio inicio la vida de los carmelitas descalzos.
Un bienhechor había regalado a la madre Teresa de Jesús una casa en un «lugarcillo de hartos pocos vecinos» de la provincia de Ávila, llamado Duruelo. La capilla de la foto está construida en el solar del antiguo convento.
Cuando fue a visitarla, de camino hacia Valladolid, se encontró con que era tan pobre y estaba tan sucia que ni ella ni sus compañeras se atrevieron a pasar allí la noche: «Cuando entramos en la casa, estaba de tal suerte que no nos atrevimos a quedar allí aquella noche por causa de la demasiada poca limpieza que tenía, y mucha gente del agosto [se refiere a los piojos y las pulgas]» (Fundaciones 13,3).
A pesar de la miseria del lugar y de que a los demás les pareció inadecuada, ella pensó que podría ser buena para empezar la fundación de los frailes descalzos y que ya se cambiarían a otro sitio en cuanto surgiera una ocasión mejor: «Tenía un portal razonable y una cámara doblada con su desván y una cocinilla. Yo consideré que se podía hacer iglesia en el portal, y coro en el desván y dormir en la cámara».
Fray Juan de la Cruz la adaptó lo mejor que pudo y el 28 de noviembre, en compañía de fray Antonio de Jesús (Heredia), inauguró en Duruelo el primer convento de carmelitas descalzos (F 14).
Pronto se les unieron otros dos compañeros y asumieron las constituciones que Teresa había preparado para sus monjas, con pequeñas variaciones.
Impulsados por la misma madre Teresa, al espíritu contemplativo y al «estilo de hermandad y recreación» de las hermanas, unieron desde el principio una intensa actividad apostólica y misionera, tal como ella misma cuenta:
«Iban a predicar a muchos lugares que están por allí comarcanos sin ninguna doctrina, que por eso también me holgué de que se hiciera allí la casa [...]. En tan poco tiempo era tanto el crédito que tenían, que a mí se me hizo grandísimo consuelo» (F 14,8).
A principios de 1569 la Madre regresó de Valladolid a su convento de San José de Ávila, pasando antes por Medina del Campo y Duruelo. Ella misma relata que en Duruelo se encontró al padre Antonio Heredia barriendo la puerta del conventico. Al preguntarle: -«Mi padre, ¿qué se ha hecho de la honra?», respondió el buen fraile: -«Maldigo el día en que la tuve».
Aunque aprobó la vida pobre, contemplativa y apostólica de sus hijos, los reprendió por los excesos ascéticos y trató de poner freno a sus penitencias: «Les rogué mucho que no fuesen en las cosas de penitencia con tanto rigor, que le llevaban muy grande; y como me había costado tanto de deseo y oración, que me diese el Señor quien lo comenzase, y veía tan buen principio, temía que el demonio buscase cómo acabar con ellos antes de que se efectuase lo que yo esperaba» (F 14,12).
Entre otras cosas, les pidió que tuvieran cuidado en las comidas y en la higiene y que se pusieran alpargatas, porque hasta entonces andaban totalmente descalzos.
Gracias a sus palabras, se moderaron un poco, pero ella reconoce con cierta amargura que no lo suficiente: «Ellos, como tenían estas cosas que a mí me faltaban, hicieron poco caso de mis palabras para dejar sus obras» (F 14,12).
En aquella sociedad no era fácil aceptar la propuesta humanista de Teresa. Todos estaban convencidos de que la mayor perfección se haya en la mayor penitencia, por lo que las almas generosas se entregaban con entusiasmo a lo que san Juan de la Cruz, mucho más tarde, con los valores de Teresa ya plenamente asumidos, denominará «penitencias de bestias» (1N 6,2).
De momento, los frailes de Duruelo comenzaron con mucho entusiasmo una aventura que fue madurando en los años posteriores y que hoy continúa en los frailes carmelitas descalzos, extendidos por el mundo entero". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
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