"Querría yo persuadir a todos fuesen devotos de este glorioso Santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido persona que de veras le sea devota, que no la vea más aprovechada en la virtud; porque ayuda en gran manera a las almas que a él se encomiendan". (Santa Teresa de Jesús V 6,7) |
"... La grandeza de san José reside en la sencillez de su vida: la vida de un obrero manual de una pequeña aldea de galilea que gana el sustento para sí y los suyos con el esfuerzo de cada día; la vida de un hombre que, con su ejemplaridad y su amor abnegado, presidió una familia en la que el Mesías crecía en edad, en sabiduría y en gracia ante Dios y los hombres.
No consta que san José hiciera nada extraordinario, pero sí sabemos que fue un eslabón fundamental en la historia de la salvación de la humanidad.
La realización del plan divino de salvación discurre por el cauce de la historia humana a través, a veces, de figuras solitarias o de hombres sencillos como el humilde carpintero de Nazaret. Lo que importa ante Dios es la fe y el amor con que cada cual teje el tapiz de su vida en la urdimbre de sus ocupaciones normales y corrientes.
Dios no nos preguntará si hicimos grandes obras, sino si hicimos bien y con amor la tarea que debíamos hacer. San José nos enseña que lo importante no es realizar grandes cosas, sino hacer bien la tarea que corresponde a cada uno. "Dios no necesita nuestras obras, sino nuestro amor" (Santa Teresa de Lisieux),
El evangelio apenas nos dice algo de su vida, y nada de su muerte, que debió de ocurrir en Nazaret en brazos de Jesús. Mateo escribe una breve frase que resume su santidad: era un hombre “justo” Acostumbrados a tantos superlativos, esta palabra tan corta nos dice muy poco a nosotros, tan estrambóticos. Pero a un israelita decía mucho la palabra "justo” que en lenguaje bíblico, designa al hombre bueno en quien Dios se complace. El salmo 91,13 dice que “el justo florece como la palmera” la esbelta y elegante palmera, tan común en oriente, es una bella imagen de la misión de san José así como la palmera ofrece al beduino su sombra protectora y sus dátiles un dulce alimento, así se alza san José en la santa casa de Nazaret ofreciendo amparo y sustento a sus dos amores: Jesús y María". Pedro Donoso.
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