Significado de la Cuaresma
"Todas las cosas importantes las preparamos con tiempo: una boda, un examen de fin de carrera, el nacimiento de un hijo... La Pascua es tan importante para los cristianos, que la preparamos durante 40 días. La Cuaresma, que comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo por la tarde, es un tiempo de preparación intensa para la fiesta de Pascua. La misma oración de bendición de las cenizas, al inicio de la Cuaresma, ya pone nuestra mirada en la meta de nuestro caminar: «Oh Dios... derrama la gracia de tu bendición sobre estos siervos tuyos que van a recibir la ceniza, para que, fieles a las prácticas cuaresmales, puedan llegar, con el corazón limpio, a la celebración del misterio pascual de tu Hijo».
La idea más importante de este tiempo, la que más resuena en las lecturas y oraciones es la «conversión». Estas palabras de san Pablo, que se repiten continuamente en este tiempo, nos dan la clave: «Se lo pedimos por Cristo: Déjense reconciliar con Dios... Ahora es el tiempo de la gracia, ahora es el día de la salvación» (2Cor 5,20ss). Estamos en unos días propicios para hacer experiencia de la misericordia y del perdón de Dios. No los desaprovechemos.
La intensificación de la oración y de la lectura de la Palabra de Dios, la austeridad, la limosna, las celebraciones del sacramento de la Penitencia, el pío ejercicio del Vía Crucis, las procesiones y las demás prácticas cuaresmales deberían ayudarnos a poner los ojos en Cristo, nuestro único modelo, a enamorarnos de Él, a revestirnos con sus sentimientos, a «reflexionar en su vida para saber imitarla, comportándome en todo como actuaría Él si tuviera mi edad, mis condiciones y se encontrara en las circunstancias en las que yo me encuentro» (S. Juan de la Cruz)". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
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