El profeta Elías.
"El 20 de julio se celebra a fiesta del profeta Elías, que sigue siendo el inspirador de la vida carmelitana y un estímulo en nuestra consagración.
Su nombre es muy significativo, ya que «’Èl-iYahu» significa ‘Yahvé es mi Dios’.
Posiblemente ese no fuera su nombre original, sino el que él se puso a sí mismo o recibió de Dios para realizar su misión.
Este nombre manifiesta que Elías no adora a los Baales (los dioses a los que sus contemporáneos pedían la fecundidad) ni a ningún otro señor, energía o fuerza. Tampoco cree en su poder.
Elías solo reconoce a Yahvé como al único Dios, creador y Señor del cielo y de la tierra, al que confiesa poderoso para dar la lluvia y para retirarla, para enviar fuego del cielo y para resucitar a los muertos.
Sin padre ni madre, sin esposa ni hijos, sin morada fija, vivió totalmente consagrado al servicio de Yahvé. Vestía una túnica de pieles ceñida con un cinturón de cuero y se alimentaba de los frutos del bosque, como los «nazireos» (como hizo Juan Bautista más tarde).
La relación entre Elías y el Carmelo es tan fuerte, que los palestinos llaman a la montaña Jebel Mar Elías («montaña de san Elías» en árabe) y numerosos lugares conservan en su nombre referencias al profeta («jardín de Elías», «cueva de Elías», «fuente de Elías», «lugar del sacrificio de Elías», etc.). Incluso unas plantas que crecen en la zona son llamadas «barbas de Elías» y unas piedras redondeadas y huecas, con cristales de cuarzo en su interior (las «geodas»), bastante comunes en la zona, son llamadas «melones de Elías» o «ciruelas de Elías», dependiendo del tamaño". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
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