jueves, 5 de julio de 2018

Un día cualquiera en la vida de un fraile



"La jornada comienza con el rezo de laudes a las 7,30 de la mañana. A los americanos les parecerá tarde, pero deben pensar que seguimos la misma hora "legal" que el resto de Europa, para tener más horas de luz, aunque la hora "solar" en esos momentos es las 5,30. De hecho, estos días comienza a amanecer mientras cantamos laudes y durante el invierno aún está todo oscuro.

Después de laudes, uno se va a abrir la iglesia y se queda en el confesionario, por si llega algún penitente y otro celebra la misa de 8. Un tercero se va a las carmelitas descalzas, donde celebra la misa a las 8,15. Los demás nos quedamos en la capilla, prolongando la oración silenciosa.


Tras un frugal desayuno, cada uno se dedica a su trabajo.

A las 13 interrumpimos nuestras actividades y nos volvemos a encontrar en la capilla para rezar el oficio de lectura, la hora media y las preces carmelitanas. Después de un examen de conciencia, rezamos el ángelus, comemos y pasamos un rato juntos, compartiendo las noticias del día.

La tarde se dedica normalmente a actividades pastorales o a la lectura y el estudio hasta la hora de vísperas. El que tiene la misa vespertina, la celebra y los demás permanecen en oración hasta la cena. Después de otro rato pasado juntos, cada uno se retira a su habitación.

Así, alternando momentos de oración, de trabajo, de estudio, de apostolado y de descanso, se van sucediendo las jornadas, procurando vivir siempre "en obsequio de Jesucristo" y buscando revestirnos de sus sentimientos". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.

https://padreeduardosanzdemiguel.blogspot.com/2013/09/un-dia-cualquiera-en-la-vida-de-un.html?spref=fb

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