La viña de Nabot
"En la primera lectura de la misa de estos días estamos leyendo la historia del profeta Elías. Ayer y hoy se lee el relato de la viña de Nabot. Resulta que ese Nabot tenía una viña de la que se encaprichó el rey Ajab, por lo que le pidió que se la vendiera. Como no aceptó, la impía reina Jezabel organizó un juicio apañado, lo condenó a muerte y confiscó sus bienes. Así la viña pasó al rey. Entonces intervino el profeta, denunciando ese comportamiento y maldiciendo a los culpables (lo que más adelante les traerá consecuencias terribles). Elías enseñó hace 2.850 años que el rey y los poderosos están al servicio del pueblo y no al revés y que la autoridad de los gobernantes no es ilimitada, porque ellos también están sometidos a la ley. Una enseñanza actualísima, ¿o no?". P. Eduardo Sanz de Miguel, ocd.
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