"Hoy celebramos, en una única fiesta, a los santos apóstoles Pedro y Pablo, que sufrieron el martirio en Roma, en tiempos del emperador Nerón. La Iglesia tiene otras dos fiestas en las que honra a cada uno de ellos por separado:
- La conversión de san Pablo (25 de enero).
- La cátedra de san Pedro (22 de febrero).
La fiesta de hoy no solo celebra la memoria de estos dos grandes apóstoles, que son considerados "columnas de la Iglesia", sino que celebra el misterio de la Iglesia, su identidad, que es "apostólica", fundada sobre el cimiento de los discípulos de Jesús y sobre la comunión con los obispos, que son sus sucesores.
La Iglesia es apostólica porque está fundada sobre el testimonio de los apóstoles (palabra griega que significa «mensajeros», «enviados») y es guiada por los sucesores de los apóstoles, que son los obispos, en comunión con el papa, el sucesor de Pedro, a quien Cristo aseguró: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará» (Mt 16,18).
Pedro y Pablo eran muy distintos entre sí e incluso tuvieron duros enfrentamientos entre ellos, pero a los dos les unió su amor incondicional por Cristo, al que sirvieron de corazón hasta la muerte. Sobre el testimonio de los dos se construye la Iglesia, tal como reza la liturgia del día". P. Eduardo Sanz de Miguel.
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