"Espiritualmente hablando, humildad no significa pobreza material. Se puede ser rico y humilde o pobre y soberbio. Humildad no es humillación, ni significa aceptar pasivamente maltratos o desprecios de otro. La humildad es una virtud tan curiosa que el que dice que es humilde inmediatamente deja de serlo y el que le dice a otro que lo sea se convierte de inmediato en lo contrario. Casi siempre detrás de la frase "sea humilde" lo que hay es un deseo de imponer como correcto el propio punto de vista. En cambio, una persona humilde, está tan interesada en trabajar su propia vida que no anda diciéndole a los demás cómo tienen que ser, ni le alcanza el tiempo para intentarlo. Simplemente se acepta como es y acepta que los demás sean como decidan ser. Santa Teresa de Jesús le preguntó una vez a Jesucristo por qué él era tan amigo de la humildad y él le respondió: "Porque yo soy la suma verdad y humildad es andar en verdad". Magistral. Mi definición de humildad es la siguiente: "Ser humilde es ser auténticamente uno, sin poses ni máscaras, delante de Dios y de la gente y sin menospreciar al otro porque sea distinto"". P. Chulalo.
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