domingo, 19 de agosto de 2018

Jesús nos invita a comer su Carne, a beber su Sangre.



"El Espíritu de Dios es comunión, y comunión se ha hecho Jesús, el Cristo, de manera que comunión ha de ser su presencia en nosotros.
Los creyentes «se mantenían constantes en la enseñanza de los apóstoles, en la koinônia, en la fracción del pan y en las oraciones» (Hech 2, 42). Koinônia significa aquí vida compartida, vida en amor que va integrando a los unos con los otros. Previamente, los hombres se encontraban perdidos, cada uno con su ley y con su esfuerza. De pronto escuchan que Jesús les ha salvado. Cambian lo anterior, se entregan a Jesús y, llenos de agradecimiento y sorpresa, se descubren hermanos. Nadie vive a solas; todos partici¬pan de la fe, el trabajo, la presencia de Cristo, la esperanza de su reino.
Por hallarse basado en esa certeza afirmará san Pablo, en voz triunfante: «¡Todas las cosas son vuestras!: Pablo, Apolo, Cefas; lo presente y lo futuro, vida y muerte, todo el cosmos...» (1 Cor 3, 21-22).
Esa comunicación de los creyentes sólo tiene sentido desde el Cristo: «Todas las cosas son vuestras...; vosotros de Cristo y Cristo de Dios» (1 Cor 3, 22-23). Frente al hombre dividido de la historia (judío frente a gentil, bárbaro frente a griego o romano, amo frente a esclavo), emerge un nuevo tipo de hombre en Cristo, dentro de la iglesia (cf. Rom 10, 12; 1 Cor 12, 13; Gál 3, 28). Esta unidad de comunión en fe, que es propia de los creyentes, marca el nacimiento del hombre, capaz de compartir la vida desde Cristo, asumiendo las diversidades (varón-mujer, griego-judío), e integrándolas en un campo más alto de enri¬quecimiento y donación, de gratuidad y de servicio.

En esta perspectiva, confesar la comunión de los santos significa asumir, desde la hondura de la fe, la unión vital de todos los salvados en la iglesia, y, por medio de ella, la unión de todos los hombres, pues todos han sido redimidos por Jesús y convocados al banquete de la vida, aunque no lo sepan o no quieran admitirlo. En este aspecto, cuando afirmamos «creo en la comunión de los santos» estamos confesando la unidad radical de todos los hombres, por el Cristo en el Espíritu". Xavier Pikaza.

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